Uso Seguro De Los Antiparasitarios Externos
La llegada de la primavera nos recuerda a todos la necesidad de proteger a nuestras mascotas de las tan molestas pulgas, garrapatas y mosquitos. Estos parásitos se alimentan de la sangre de nuestras mascotas y de la de las personas y pueden transmitirnos a ambos diversas enfermedades graves. Por este motivo es imprescindible mantenerlas alejadas de nuestros hogares.
Afortunadamente, exiten en el mercado tratamientos muy efectivos para prevenir la infestacion por estos parásitos. Conocer qué tipo de producto emplear y cómo hacerlo, es esencial para la salud y seguridad de tu mascota.
No existe un antiparasitario apto para todo tipo de animales, sino que a la hora de elegirlo debemos tener en cuenta diversos factores como son la edad, peso, raza, estado de salud y estilo de vida. Se debe tener especial precaución a la hora de administrar un antiparasitario a un cachorro o gatito. Algunas razas son sensibles a determinados principios activos, pudiendo enfermar. Determinados antiparasitarios y algunos medicamentos pueden interferir los uno con los otros, apareciendo efectos no deseados, toxicidad o incluso resultar inefectivos. Por eso es importante que tu veterinario esté al tanto de los tratamientos que pueda estar recibiendo tu mascota a la hora de decidir cuál es el antiparasitario que ésta necesita.
Cómo proteger a tu mascota
1. Pregunta a tu veterinario cuál es el tratamiento más seguro y efectivo en el caso concreto de tu mascota.
2. Antes de aplicar cualquier producto antiparasitario a tu mascota consulta con tu veterinario, especialmente si se trata de un cachorro, un animal muy mayor, si es una hembra gestante o en lactancia o si está tomando alguna medicación.
3. Sigue las instrucciones de tu veterinario antes de aplicar el medicamento.
4. Los gatos, conejos, etc, no son perros pequeños. No emplees los mismos productos con ellos.
5. Asegúrate de usar el producto conforme al peso de tu animal, dosis elevadas podrían provocar efectos indeseados y por debajo podrían resultar insuficientes.
Aún tomando estas precauciones, cada animal puede reaccionar de forma distinta a un mismo producto. Aunque no se observan con mucha frecuencia, vigila que tu animal no presente signos de reacción adversa, como ansiedad, picor, enrojecimiento o inflamación de la piel, vómitos o comportamientos anormales, y en caso de presentarse acude a tu veterinario.